jueves, 19 de julio de 2012

EXCESOS EN EL CAUCA.

EXCESOS...

Ambiguo parece ser el significado de esta palabra en el Cauca y en Colombia en general, los medios de comunicación proliferan a gran escala, los “excesos” que las comunidades indígenas han tenido en contra las fuerzas militares del ejército. Sin embargo, no se visibilizan de igual manera, los excesos que la fuerza pública ha tenido contra los civiles durante manifestaciones en defensa de sus derechos. Pero, porque no pensar que la problemática del Cauca, va mas allá de los “excesos” y el tira y afloje del gobierno, la fuerza pública y los indígenas alrededor de su territorio y los recursos que reciben o no? no es que las comunidades indígenas se contradigan pidiendo la presencia del Estado en materia económica y rehúsen a la presencia de la fuerza pública por otra. El Estado debe garantizar la seguridad integral de los ciudadanos, pero en ese territorio se han excedido en fuerza pública y de lo otro, de los compromisos adquiridos, nada de nada. No desconozco la soberanía del Estado en ningún momento, pero si sé a ciencia cierta, que la comunidad corre un riesgo inminente cuando la fuerza pública se instala en medio de los caseríos, es casi que poner a la gente como escudos humanos. Ahora bien, la problemática de violencia en el Cauca, trasciende contextos históricos, políticos, sociales y económicos  de vieja data, en esa zona del departamento, la presencia de los actores armados legales e ilegales es una constante del devenir histórico al ser un corredor estratégico para diferentes actividades ilícitas, además de ser un puente de comunicación importante hacia diferentes departamentos. La histórica lucha de las comunidades indígenas por defender su territorio, su dignidad y su autonomía, antes de ser un escándalo nacional, debería ser un ejemplo: pues hasta el momento, en Colombia suceden cosas, “excesos” de verdad aterradores de la fuerza pública, del Gobierno, de los ministros, de la justicia, de la injusticia, de los actores armados al margen de la Ley, en fin, de muchas cosas, pero ante esto, nadie dice nada, no existe el mas mínimo espíritu de solidaridad y organización para hacer que las cosas sean diferentes, esta gente en cambio, se organizan para tomar la decisión de desalojar los representantes de la violencia de sus territorios, y lo hacen, se enfrentan, ponen el pecho e incluso sus vidas, por cambiar su historia. A caso no es la tranquilidad un derecho?  Al país, le ha quedado grande la tranquilidad, le ha quedado grande la justicia, le ha quedado grande la salud, la educación. La solución no es responder con violencia, acusando a las comunidades de ser guerrilleros, matando a sus miembros, se debe buscar salidas blancas al problema, antes que por negligencia, torpeza o simplemente porque si, termine ocurriendo un desafortunado genocidio. 

Por. Alejandra Guzman

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